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viernes, 8 de agosto de 2014

Reparando el cesto de la ropa sucia.

Hola de nuevo a todos. Porque no sólo de cosas difíciles vive el hombre , de vez en cuando por estas páginas  se dejan caer las cosas  mundanas
que nos trae el día a día. Este es el caso de hoy.
 Aprovechando que la casa de la ciudad está medio vacía , ya que sólo la visita mi propio hermano , me he traído hasta el pueblo el cesto de la
ropa sucia. Voy a utilizar mi estancia vacacional para hacer una serie de trabajos de mantenimiento propios de cualquier casa. Hasta ahora , cada 3-4 años
cojo un día y me pega por reparar el susodicho cesto. Siempre lo he hecho ayudándome de un cepillo de esos de cepillar  la ropa y de una pequeña brochita
para limpiar los recovecos. Tras una buena limpieza antes de pasar a la fase de reparación  propiamente dicha  , le toca el turno la pintura. Siempre
-hasta ahora- la he pintado con la brochita. Luego cambio las bridas de plástico que hacen de bisagra para unir la tapa y el cesto  , y le acabo dando
la segunda mano de pintura con  lo cual le dejo en perfectas condiciones  hasta la siguiente ocasión en que me pegue el punto de volver a renovarla de aspecto. HASTA HOY.A
 Y he dicho hasta hoy porque  ya tengo plenamente operativo mi flamante nuevo compresor de 3 c.v. , que me va a facilitar mucho la tarea.
Ya he escrito en estas humildes páginas que los compresores son unas herramientas polivalentes con las que puedes hacer todo , o casi todo, lo que te de la gana.
Puedes atornillar , fresar , pintar , inflar , remachar , lijar , abrillantar , cortar ... la lista es interminable .
En el siguiente video podréis ver el paso ha paso  de todo el proceso que  me ha llevado este año , ya con el compresor .
Espero que os guste y que a alguno le sirva de inspiración para hacer algo parecido con el suyo propio. Os recuerdo que siempre lo podréis hacer
 a la antigua usanza... como yo mismo hasta ahora.Sigo con el plan de hacerme una cabina de granallado , que me está resultando no difícil , pero más laborioso de
 lo que yo había imaginado.
El Cestón del BBv.

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